Jueves 5 de julio de 2012
COMISIÓN DE MUJERES DE DONNELLEY
“Comencé a reunirme para estar cerca de mi marido, hoy milito por mí”
Por Rosa D’Alessio |
¿Cuando formaron la comisión de mujeres?
Romina: Cuando llegaron
19 telegramas de despidos, el día de los gráficos, el 7 de mayo de
2011. Ese día los obreros empezaron a organizarse. Las mujeres de los
trabajadores nos reunimos para ver cómo podíamos ayudar. Comenzamos por
pedir firmas a organismos de derechos humanos. Sacamos el conflicto a
la calle.
María: Esta comisión tomó
el ejemplo de la experiencia de la lucha de Kraft, donde también surge
una comisión de mujeres en apoyo a los despedidos y juega un rol
importante frente al conflicto. Lo que tiene de progresivo esta
comisión es que nos seguimos reuniendo. Hoy estamos discutiendo como
participar en la conferencia obrera.
¿Cómo fue la experiencia de construir esta organización?
R: Antes de empezar a
organizarme, no entendía lo que hacía mi marido, aún cuando él me
contaba. Recién hoy puedo admirar lo honesto que es y lo que da por sus
compañeros. Pero en ese momento no veía lo que él hacía por la clase
trabajadora y por nosotros, que es lo mejor que puede otorgar a sus
hijos. Comencé a reunirme para estar cerca de mi marido, hoy milito por
mí.
V: Desde que los dos
comenzamos a organizarnos tenemos otro diálogo, discutimos más de
política. Es muy importante el rol de las mujeres, incluso en las
luchas. Ellos no podrían darlas sin nuestro apoyo. Pero además somos
las que sufrimos directamente los problemas políticos y económicos. Si
no peleamos nosotras contra esos problemas y por nuestros derechos,
estamos perdidos, se empeora nuestra situación. El aislamiento es peor,
nos oprime más. Esto lo discuto con mi hermana que no ve otra salida
más que trabajar los dos todo el día fuera de su casa.
M: Si podemos resolver
los difíciles problemas domésticos y económicos que tenemos, cómo no
vamos a poder organizarnos junto a otras mujeres y trabajadores para
pelear por nuestras demandas.
V: Las mujeres siempre estamos atrás de resolver los problemas domésticos, tapando agujeros.
M: Tenemos un trabajo enorme por delante, acercarnos a otras mujeres, ampliar nuestra organización.
R: La comisión interna,
nuestros compañeros, luchan mucho contra la doble moral y contra el
machismo. Esta lucha la tienen que dar todos los trabajadores.
¿Cómo viven los problemas de salud, vivienda y educación?
M: Tener una obra social
no te garantiza nada, mira el ejemplo de gráficos. Estamos llevando
adelante la campaña por Mady, la hija de uno de los delegados de
Donnelley. La nena tiene problemas de salud severos y la obra social le
cortó la cobertura. Entre los trabajadores estamos haciendo una colecta
para cubrir los gastos para su atención.
R: La educación de nuestros hijos es un problema, los colegios públicos están destruidos.
V: Nosotros somos cuatro
hermanos, todos fuimos a escuela pública y era muy buena, nadie iba a
colegio privado, de la cuadra tal vez uno. Hoy casi todos los
trabajadores que pueden pagar un colegio privado, optan por esto.
R: La vivienda lo mismo,
hoy tengo esta casa porque mi papá se pudo comprar dos terrenos, hace
muchos años atrás, con su trabajo. La mayoría de la gente no tiene casa
o tiene que salir a ocupar terrenos. Nosotros antes vivíamos un poco en
lo de mi mamá, otro poco en lo mi papá, hasta que nos dieron este
terreno.
V: Mi mamá y todos sus
hermanos pudieron comprar su casa gracias a su trabajo. Algo que no
pudimos ni mis hermanos, ni mis primos. Muchos viven en la casa de los
padres o construyen en el mismo terreno.
R: Parece que se ríen de
las necesidades de la gente, el plan de vivienda que “otorga” el
gobierno no alcanza para la cantidad de gente que lo necesita.
M: Nos prohíben el aborto
y no nos garantizan educación sexual, ni anticonceptivos. Si tenemos
hijos no podemos acceder al trabajo. Ni hablar que nos garanticen
vivienda y una buena atención en salud pública.
V: Yo trabajo medio día y
en negro, no puedo buscar otro trabajo porque no tengo quién me cuide
el nene, si tengo que pagar una guardería cambió la plata.
M: Tenemos un montón de problemas que sólo le podemos dar salida los trabajadores.
¿Por qué creen que la conferencia tiene que tomar los reclamos de las mujeres?
M: Es importante que la
conferencia discuta las peleas que tenemos que dar para conquistar
nuestros derechos, no sólo dentro de la fábrica, también tenemos que
resolver problemas como: vivienda, salud y educación.
R: Ayer leímos las
propuestas de resolución que se van a debatir en la conferencia. Son
muy importantes, ni los burócratas ni otros partidos levantan los
derechos de los trabajadores precarizados, la juventud trabajadora y
mucho menos los de las mujeres. Yo ya estuve invitando a una compañera
de trabajo.
V: Es muy importante
discutir de estos temas con compañeros de trabajo, la familia. Hay
muchas personas que no conocen que existe una organización que plantea
propuestas a favor de nuestra clase. Incluso, muchos trabajadores que
les pegan de lleno estos problemas no ven que hay otra salida.
R: Es un buen momento
para hacer la conferencia, hay un montón de conflictos de trabajadores.
Yo me encuentro con más gente que quiere discutir de política.
M: Lo interesante es que
esta conferencia llama a los partidos que integran el FIT a realizar
una asamblea conjunta para fin de año. Porque la intención es que
podamos construir un partido revolucionario, no alcanza con ser un
sindicalista honesto. Tenemos que proponer una salida en serio y la
única forma, por lo que nosotros conocemos de la historia de la lucha
de clases, es construyendo un partido de los trabajadores
revolucionario. Esta comisión de mujeres, puesta en pie en una zona
fabril, surgió para defender el trabajo de sus maridos. Una vez que
lograron su reincorporación, continuaron peleando junto a otros
trabajadores, realizando piqueteos en VW, en Fate, en actividades que
hicieron los gráficos junto con los jaboneros. Así, es un pequeño gran
ejemplo de su rol histórico para pelear contra la explotación y
opresión al que nos somete este sistema capitalista.
El capitalismo, oprime y saca del conflicto social a
este importante sector del proletariado. En cada lucha en la que
participan las mujeres juegan un rol decisivo, muestran no sólo su
potencial, sino que es imposible unir las filas obreras si no se
incluyen en ellas a las mujeres. Por su parte, los hombres trabajadores
son “utilizados”, por este sistema, como vehículos de transmisión de
esta opresión, que con sus actitudes machistas, defiende, sin saberlo,
los intereses de la clase dominante. Esto lo saben los compañeros de
Donnelley. Por eso sus mujeres están orgullosas que sean ellos los que
den, además, esta pelea.
Es por esto que la lucha por la liberación de los
trabajadores es imposible sin la lucha por la liberación de la mujer
trabajadora. Para unir las filas obreras se tienen que levantar bien
alto las reivindicaciones de: a igual trabajo igual salario; que el
Estado y los capitalistas provean de servicios sociales como,
guarderías, lavanderías públicas y comedores comunitarios; ampliar los
centros educativos subvencionados por el Estado para que las mujeres
puedan calificarse y así acabar con el trabajo precarizado. De este
modo las mujeres podrán salir de la responsabilidad social de ser las
únicas responsables de los quehaceres domésticos. Los hombres
trabajadores no van a poder liberarse completamente mientras sean un
instrumento de opresión, sino por el contrario, luchando codo a codo
con su compañera de vida contra todo tipo de opresión y violencia hacia
la mujer.