Jueves 5 de julio de 2012
HACE 155 AÑOS NACÍA CLARA ZETKIN

La gran organizadora de las mujeres obreras y socialistas

Por Andrea D’Atri

El 5 de julio de 1857, nació Clara Zetkin, la mujer que desde el Partido Socialdemócrata Alemán, se transformaría en la más grande organizadora de las mujeres obreras y socialistas de su tiempo.


Organizar a las mujeres, aunque el gobierno lo prohibía
Bajo el régimen imperial, en Alemania, las mujeres, los estudiantes y los aprendices de oficios tenían prohibido adherir a organizaciones políticas y asistir a reuniones donde se discutiera de política. Recién en 1902, esta ley fue reformada: a partir de entonces, las mujeres tuvieron derecho a la actividad política, pero siempre y cuando la ejercieran separadas de los hombres. Por esta razón, el Partido Socialdemócrata Alemán impulsó la formación de su sección femenina que, con Clara Zetkin a la cabeza, organizó las Conferencias Internacionales de Mujeres Socialistas, reuniendo a centenares de delegadas de toda Europa. Sin embargo, la prohibición legal no parece haber sido la única razón para la organización de las mujeres socialistas: el Ministerio del Interior, que espiaba a los revolucionarios, señalaba en uno de sus informes secretos que los hombres socialistas ¡oponían una “resistencia pasiva” a la participación de las mujeres en el partido!
Por los derechos de las mujeres trabajadoras
Clara Zetkin denunció la situación de opresión de la mujer trabajadora en el capitalismo, luchó por todos los derechos de las mujeres trabajadoras empezando por el derecho a igual salario por igual trabajo. También combatió contra todas las restricciones que impedían a las mujeres hacer política; denunció la hipocresía del matrimonio burgués y abogó por el derecho de la mujer “a disponer de sí misma”. Estuvo a favor de la libre decisión de las mujeres sobre el aborto y la anticoncepción, a lo que se oponían algunos dirigentes del Partido Socialdemócrata Alemán, y de la educación laica y mixta. Luchó por el derecho al voto, al igual que otras mujeres feministas burguesas, con quienes siempre sostuvo que había que “luchar juntas, marchar separadas” y logró que la socialdemocracia alemana fuera el primer partido político europeo que incluyera este derecho en su programa. Fue Clara Zetkin quien propuso que el 8 de marzo se conmemorara el Día Internacional de las Mujeres.
Junto a Rosa Luxemburgo, Lenin y Trotsky contra la traición de la socialdemocracia
Cuando los diputados socialdemócratas aprobaron, en el parlamento, los créditos de guerra que llevarían a la carnicería de la Iº Guerra Mundial, Clara Zetkin junto a su amiga, la revolucionaria Rosa Luxemburgo, y otros dirigentes del ala izquierda enfrentaron esta traición de la dirección del partido. Tanto Clara Zetkin como Rosa Luxemburgo sufren cárcel y exilio durante la guerra, por defender posiciones antibelicistas. Esto las lleva a unirse a Lenin, Trotsky y otros dirigentes socialdemócratas de distintos países que comparten el rechazo a este rumbo que había tomado la mayoría de la socialdemocracia y abogan por la formación de una nueva organización internacional, la Internacional Comunista.
Las Tesis para la propaganda entre las mujeres
Prontamente, entabla una amistad con Lenin, quien le encarga la elaboración de unas tesis para el trabajo político entre las mujeres que serán refrendadas en el IIIº Congreso de la Internacional Comunista. Allí, Clara señalaba que había que “admitir a las mujeres como miembros con idénticos deberes y derechos que el resto de los miembros en el partido y en todas las organizaciones proletarias (sindicatos, cooperativas, consejos de fábrica, etc.)”, como también “combatir los prejuicios relativos a las mujeres en las masas del proletariado masculino, fortaleciendo en el espíritu de los obreros y las obreras la idea de la solidaridad de intereses de los proletarios de ambos sexos.” Estaba convencida de que el principio fundamental del trabajo político entre las mujeres debía ser la “agitación y propaganda por medio de los hechos”. Con esto se refería a la “acción para despertar la iniciativa de la obrera, para destruir su falta de confianza en sus propias fuerzas y, movilizándolas en el trabajo práctico en el dominio de la organización y de la lucha, para enseñarle a comprender por medio de la realidad que toda conquista del Partido Comunista, toda acción contra la explotación capitalista, es un progreso que alivia la situación de la mujer.”
Clara Zetkin murió en Rusia, en 1933. Pero quedó inmortalizada para la historia de la clase obrera mundial como la revolucionaria que siempre luchó por los derechos y la organización de las trabajadoras y de las mujeres socialistas.
Jueves 5 de julio de 2012
COMISIÓN DE MUJERES DE DONNELLEY

“Comencé a reunirme para estar cerca de mi marido, hoy milito por mí”

Por Rosa D’Alessio



¿Cuando formaron la comisión de mujeres?
Romina: Cuando llegaron 19 telegramas de despidos, el día de los gráficos, el 7 de mayo de 2011. Ese día los obreros empezaron a organizarse. Las mujeres de los trabajadores nos reunimos para ver cómo podíamos ayudar. Comenzamos por pedir firmas a organismos de derechos humanos. Sacamos el conflicto a la calle.
María: Esta comisión tomó el ejemplo de la experiencia de la lucha de Kraft, donde también surge una comisión de mujeres en apoyo a los despedidos y juega un rol importante frente al conflicto. Lo que tiene de progresivo esta comisión es que nos seguimos reuniendo. Hoy estamos discutiendo como participar en la conferencia obrera.
¿Cómo fue la experiencia de construir esta organización?
R: Antes de empezar a organizarme, no entendía lo que hacía mi marido, aún cuando él me contaba. Recién hoy puedo admirar lo honesto que es y lo que da por sus compañeros. Pero en ese momento no veía lo que él hacía por la clase trabajadora y por nosotros, que es lo mejor que puede otorgar a sus hijos. Comencé a reunirme para estar cerca de mi marido, hoy milito por mí.
V: Desde que los dos comenzamos a organizarnos tenemos otro diálogo, discutimos más de política. Es muy importante el rol de las mujeres, incluso en las luchas. Ellos no podrían darlas sin nuestro apoyo. Pero además somos las que sufrimos directamente los problemas políticos y económicos. Si no peleamos nosotras contra esos problemas y por nuestros derechos, estamos perdidos, se empeora nuestra situación. El aislamiento es peor, nos oprime más. Esto lo discuto con mi hermana que no ve otra salida más que trabajar los dos todo el día fuera de su casa.
M: Si podemos resolver los difíciles problemas domésticos y económicos que tenemos, cómo no vamos a poder organizarnos junto a otras mujeres y trabajadores para pelear por nuestras demandas.
V: Las mujeres siempre estamos atrás de resolver los problemas domésticos, tapando agujeros.
M: Tenemos un trabajo enorme por delante, acercarnos a otras mujeres, ampliar nuestra organización.
R: La comisión interna, nuestros compañeros, luchan mucho contra la doble moral y contra el machismo. Esta lucha la tienen que dar todos los trabajadores.
¿Cómo viven los problemas de salud, vivienda y educación?
M: Tener una obra social no te garantiza nada, mira el ejemplo de gráficos. Estamos llevando adelante la campaña por Mady, la hija de uno de los delegados de Donnelley. La nena tiene problemas de salud severos y la obra social le cortó la cobertura. Entre los trabajadores estamos haciendo una colecta para cubrir los gastos para su atención.
R: La educación de nuestros hijos es un problema, los colegios públicos están destruidos.
V: Nosotros somos cuatro hermanos, todos fuimos a escuela pública y era muy buena, nadie iba a colegio privado, de la cuadra tal vez uno. Hoy casi todos los trabajadores que pueden pagar un colegio privado, optan por esto.
R: La vivienda lo mismo, hoy tengo esta casa porque mi papá se pudo comprar dos terrenos, hace muchos años atrás, con su trabajo. La mayoría de la gente no tiene casa o tiene que salir a ocupar terrenos. Nosotros antes vivíamos un poco en lo de mi mamá, otro poco en lo mi papá, hasta que nos dieron este terreno.
V: Mi mamá y todos sus hermanos pudieron comprar su casa gracias a su trabajo. Algo que no pudimos ni mis hermanos, ni mis primos. Muchos viven en la casa de los padres o construyen en el mismo terreno.
R: Parece que se ríen de las necesidades de la gente, el plan de vivienda que “otorga” el gobierno no alcanza para la cantidad de gente que lo necesita.
M: Nos prohíben el aborto y no nos garantizan educación sexual, ni anticonceptivos. Si tenemos hijos no podemos acceder al trabajo. Ni hablar que nos garanticen vivienda y una buena atención en salud pública.
V: Yo trabajo medio día y en negro, no puedo buscar otro trabajo porque no tengo quién me cuide el nene, si tengo que pagar una guardería cambió la plata.
M: Tenemos un montón de problemas que sólo le podemos dar salida los trabajadores.
¿Por qué creen que la conferencia tiene que tomar los reclamos de las mujeres?
M: Es importante que la conferencia discuta las peleas que tenemos que dar para conquistar nuestros derechos, no sólo dentro de la fábrica, también tenemos que resolver problemas como: vivienda, salud y educación.
R: Ayer leímos las propuestas de resolución que se van a debatir en la conferencia. Son muy importantes, ni los burócratas ni otros partidos levantan los derechos de los trabajadores precarizados, la juventud trabajadora y mucho menos los de las mujeres. Yo ya estuve invitando a una compañera de trabajo.
V: Es muy importante discutir de estos temas con compañeros de trabajo, la familia. Hay muchas personas que no conocen que existe una organización que plantea propuestas a favor de nuestra clase. Incluso, muchos trabajadores que les pegan de lleno estos problemas no ven que hay otra salida.
R: Es un buen momento para hacer la conferencia, hay un montón de conflictos de trabajadores. Yo me encuentro con más gente que quiere discutir de política.
M: Lo interesante es que esta conferencia llama a los partidos que integran el FIT a realizar una asamblea conjunta para fin de año. Porque la intención es que podamos construir un partido revolucionario, no alcanza con ser un sindicalista honesto. Tenemos que proponer una salida en serio y la única forma, por lo que nosotros conocemos de la historia de la lucha de clases, es construyendo un partido de los trabajadores revolucionario. Esta comisión de mujeres, puesta en pie en una zona fabril, surgió para defender el trabajo de sus maridos. Una vez que lograron su reincorporación, continuaron peleando junto a otros trabajadores, realizando piqueteos en VW, en Fate, en actividades que hicieron los gráficos junto con los jaboneros. Así, es un pequeño gran ejemplo de su rol histórico para pelear contra la explotación y opresión al que nos somete este sistema capitalista.
El capitalismo, oprime y saca del conflicto social a este importante sector del proletariado. En cada lucha en la que participan las mujeres juegan un rol decisivo, muestran no sólo su potencial, sino que es imposible unir las filas obreras si no se incluyen en ellas a las mujeres. Por su parte, los hombres trabajadores son “utilizados”, por este sistema, como vehículos de transmisión de esta opresión, que con sus actitudes machistas, defiende, sin saberlo, los intereses de la clase dominante. Esto lo saben los compañeros de Donnelley. Por eso sus mujeres están orgullosas que sean ellos los que den, además, esta pelea.
Es por esto que la lucha por la liberación de los trabajadores es imposible sin la lucha por la liberación de la mujer trabajadora. Para unir las filas obreras se tienen que levantar bien alto las reivindicaciones de: a igual trabajo igual salario; que el Estado y los capitalistas provean de servicios sociales como, guarderías, lavanderías públicas y comedores comunitarios; ampliar los centros educativos subvencionados por el Estado para que las mujeres puedan calificarse y así acabar con el trabajo precarizado. De este modo las mujeres podrán salir de la responsabilidad social de ser las únicas responsables de los quehaceres domésticos. Los hombres trabajadores no van a poder liberarse completamente mientras sean un instrumento de opresión, sino por el contrario, luchando codo a codo con su compañera de vida contra todo tipo de opresión y violencia hacia la mujer.


Jueves 26 de abril de 2012
IDENTIDAD DE GENERO

Discriminación y persecución en las escuelas cordobesas


En los últimos días, se lanzó una nueva ofensiva desde el Ministerio de Educación del muy amigo de la Iglesia, Walter Grahovac, quien impulsó la reforma a la ley 8113 en 2010, contra los pibes que como balance de aquella heroica lucha se iniciaron en la vida política y la organización que hoy intentan continuar. Basados en la denuncia impulsada por la Juventud del PTS que se está poniendo en pie allí para pelear por centros de estudiantes independientes de los directivos, democráticos y militantes, los docentes de la agrupación Docentes D-Base en la Corriente Nacional 9 de abril, hicieron llegar a La verdad Obrera, esta declaración de solidaridad. ¡Basta de persecución y discriminación a nuestros alumnos y alumnas! Los y las docentes reunidos en el “Plenario de las escuelas” vemos con preocupación la avanzada en la persecución y discriminación a nuestros alumnos/as por razones políticas, ideológicas y de identidad de género o elección sexual.
Desde principios de año venimos viendo cómo muchos directivos, por órdenes del mismísimo ministro de Educación, Grahovac, han incrementado las sanciones y expulsiones de los y las alumnas, como parte de una política antidemocrática del gobierno provincial. Todo hecho se ha transformado en un justificativo para ello: 10 minutos tarde (cuestión bastante común, producto del pésimo transporte de esta ciudad, con colectivos abarrotados que muchas veces pasan llenos) derivan en una falta entera o lo peor, en no permitirles el ingreso a la escuela. Otra excusa para llenar de sanciones a las y los estudiantes es el “mal uso” del uniforme, el uso del pelo suelto en las chicas, los pearcings, etc. Esto ya lo venimos viendo desde el año pasado, con el intento de instalar, con la complicidad de la conducción de UEPC, cámaras en las escuelas para vigilarnos a docentes y estudiantes, mientras los verdaderos criminales, como la policía de De la Sota sospechada de la desaparición de Facundo Rivera Alegre y de estar implicada en las redes de trata en la provincia, siguen sin ser siquiera investigados.
Esta avanzada en la persecución y discriminación a la juventud tiene su punta de lanza en el Colegio Garzón Agulla expulsando y persiguiendo a lxs estudiantes que fueron partícipes de la lucha contra la reforma de ley educativa en 2010, o que participan activamente de agrupaciones y listas que no responden a las decisiones de los directivos. Hoy quieren expulsar de la escuela Garzón Agulla a unx estudiante que elige vivir una identidad de género que no se amolda con la heteronormatidad imperante y porque además quiere organizarse para participar del centro de estudiantes. Junto a ella, intentan amedrentar también a otrxs estudiantes, citando a sus padres y amenazándolos de darles el pase a otra escuela por querer organizarse en una lista y pelear por un centro de estudiantes y cuerpo de delegados democráticos.
Los docentes - independientes y de las agrupaciones Encuentro Docente, María Saleme, Docentes en marcha, Tribuna Docente y Docentes DBASE-reunidos en “El plenario de las Escuelas” les hacemos llegar toda nuestra solidaridad a lxs estudiantes del Colegio Garzón Agulla y, a través de ellos, a todos los estudiantes perseguidos por razones políticas, ideológicas, por su identidad de género o elección sexual.
Sábado 30 de junio de 2012
DESPUÉS DE 9 AÑOS DE PRISIÓN

Romina Tejerina en libertad


Después de 9 años de cárcel, Romina Tejerina salió en libertad, por cumplirse los dos tercios de su injusta condena a 14 años de prisión. Una feliz noticia para todas y todos los que, desde hace casi una década, venimos reclamando su libertad incondicional.
La misma justicia que la condenó, la Iglesia reaccionaria y los medios locales que siempre la atacaron para conseguir también su “condena social”, redoblaron su campaña sucia de hostigamiento y discriminación. Libre de las rejas materiales, pero cercada por quienes insisten en señalar a la víctima como “culpable”, Romina sufrió una crisis nerviosa.
Romina fue violada. Quedó embarazada y, como miles de mujeres jóvenes y pobres del país, no pudo acceder a la interrupción legal de ese embarazo forzado. Mientras la justicia dejó en libertad al violador, “Pocho” Vargas, después de apenas 23 días de prisión, ella fue estigmatizada por usar minifalda, por ir a bailar y por ser una joven pobre. ¡Para los reaccionarios tribunales de esta justicia para ricos que nunca osó encarcelar al empresario genocida Blaquier, la víctima –en este caso- se convertía en culpable!
Una bandera de lucha del movimiento de mujeres
La lucha por su libertad se convirtió en bandera del movimiento de mujeres de Argentina: en cada Encuentro Nacional de Mujeres, en cada movilización, cada día de lucha por el derecho al aborto y contra la violencia machista en cada acto y en cada debate y pronunciamiento, denunció su situación y exigió su liberación sin condiciones.
Pan y Rosas y la Juventud del PTS estuvimos siempre junto a Romina: logramos que distintas comisiones internas, comisiones de mujeres de los sindicatos, centros de estudiantes y consejos directivos de universidades se pronunciaran por su libertad. Las visitas a Romina en prisión, llevar sus mensajes a los encuentros y movilizaciones de mujeres y volver con palabras de aliento y solidaridad, que le enviaban desde distintos puntos del país, fue una tarea constante durante estos años. Por eso, aunque hoy nos reconforta saber que Romina está junto a sus seres queridos, lejos de la prisión, no nos damos por vencidas. Sabemos que su libertad es “condicional” y que, por lo tanto, la lucha no terminó. Las mujeres de Pan y Rosas y la Juventud del PTS ratificamos la necesidad de organizarnos para conquistar la libertad incondicional para Romina, pero también para que ninguna mujer tenga que atravesar esta cruel situación mientras sobre los agresores cae un manto de impunidad.
Por el derecho al aborto seguro, libre y gratuito
La presidenta ya no deja más lugar a dudas: mientras dure su mandato no habrá derecho al aborto en Argentina. Esto no es un problema “ideológico” que podamos debatir con tanta parsimonia, ¡mientras mueren más de 300 mujeres, cada año, por las consecuencias de los abortos clandestinos! Una situación que es mucho más grave en las provincias del norte del país, donde la Iglesia, los gobernadores, la justicia y los medios de comunicación mantienen, legitiman y reproducen las brutales condiciones de opresión de las mujeres. Especialmente, de las mujeres trabajadoras, desocupadas y las jóvenes de los barrios pobres.
Por eso, la lucha por la libertad definitiva y sin condicionamientos de Romina Tejerina va de la mano con la lucha por el derecho al aborto. Para que no haya más mujeres condenadas violentamente a ser madres contra su voluntad, para que no haya tampoco ni una sola muerta más por abortos clandestinos.
No será el gobierno de Cristina Kirchner, con sus discursos cada vez más reaccionarios y antiobreros, quien nos conceda nuestros derechos, si no peleamos por ellos. Por eso llamamos a redoblar los esfuerzos para poner en pie un verdadero y activo movimiento de lucha que le arranque nuestros derechos al Congreso, sin depositar confianza más que en nuestras propias fuerzas.
Eli Díaz
Me entere temprano de la libertad de Romina y me corrió por el cuerpo una linda sensación: alegría, emoción, ganas de abrazarla. Sentí algo que sólo puede entender alguien que paso por lo mismo que ella. Espero que Romina pueda soportar todos los prejuicios sociales y tenga las mismas fuerzas que tuvo para soportar los 9 años de dolor e injusticia que padeció en la cárcel.

EL AMOR NO MATA, EL MACHISMO SÍ En La Pampa gobierna la violencia contra las mujeres


Jueves 15 de diciembre de 2011


por Claudia Lupardo, trabajadora docente, Santa Rosa (La Pampa)


En La Pampa, si hay algo que caracteriza al gobierno de Oscar Mario Jorge es la brutal violencia contra las mujeres. A fines de 2007, cuando inició su primer mandato, vetó la ley de aborto no punible que podía evitar, al menos, algunas muertes de mujeres por abortos clandestinos. Este año, el inicio de su segundo mandato se ve atravesado por un terrible hecho de violencia: el femicidio de Carla Figueroa, un caso que tomó relevancia nacional por lo aberrante del crimen de la joven que anteriormente había sido víctima de violación por parte del mismo sujeto –su pareja-, quien fuera liberado de la cárcel por los jueces que lo habilitaron a casarse con Carla y avenirse a la pena.

En La Pampa y en todo el territorio nacional los femicidios están a la orden del día. Las mujeres mueren impunemente, víctimas de la violencia machista. Pero también por las consecuencias de los abortos clandestinos, secuestradas por las redes de trata y prostitución, etc. El panorama en la capital provincial, Santa Rosa, no es el mejor: al frente de la subdirección de políticas de género se nombró a Fabiana Montañez, suboficial retirada de la policía pampeana. Todo un símbolo de la institución que en el país y en la provincia fue garante de los planes de exterminio de la dictadura genocida, que asesina a los jóvenes de las barriadas populares con el gatillo fácil, que maneja la caja de todos los negocios sucios de la trata, la prostitución, los desarmaderos, el juego y el narcotráfico.

En el caso de Carla, ¿alcanza con reclamar juicio político? Es la misma Justicia que dejó libre al comisario Marenchino, genocida de la subzona 14, en tiempos de la dictadura militar. Esta misma Justicia es la que me proscribió como candidata en las últimas elecciones, cuando era la única voz que se alzaba contra la violencia hacia la mujer y que defendía el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, principal causa de las muertes de mujeres trabajadoras y pobres.

Ahora, el PJ provincial dice que hubo “errores” en la causa y que es el propio Poder Judicial el que debe lavar sus trapos sucios. Por el contrario las mujeres, junto a los organismos de DD.HH., las organizaciones políticas y sociales independientes del gobierno provincial, debemos movilizarnos ¡Aquí no hubo “errores” ni distracciones! Exigimos la renuncia de los jueces que permitieron que este brutal crimen pudiera cometerse y la derogación de la execrable figura legal del avenimiento.

¡Basta de violencia contra las mujeres!

UN PASO IMPORTANTE DE LA LUCHA DE LAS PERSONAS TRANS Obtuvo media sanción la ley de Identidad de Género


Viernes 2 de diciembre de 2011



Por Andrea D’Atri



Algo más que un DNI

El proyecto reconoce el derecho a que todas las personas sean tratadas de acuerdo a su identidad de género. Esto significa que las personas trans podrán registrarse con nombre de pila, imagen y sexo que concuerden con su identidad de género, en todos los documentos que acreditan su identidad, incluyendo la partida de nacimiento. Para hacer este registro, deberán ser mayores de 18 años y no necesitarán acreditar intervención quirúrgica genital ni terapias hormonales u otros tratamientos psicológicos o médicos; aunque la ley, también incluye el acceso a estas intervenciones y tratamientos en el sistema de salud (estatal y privado), sin necesidad de requerir autorización judicial o administrativa previa, con el sólo consentimiento de quien lo solicita.

Este proyecto, surgido del intercambio, la reflexión y el trabajo de militantes del colectivo Frente Nacional por la Ley de Identidad –y luego consensuado con otros proyectos similares-, tiene el mérito de enfrentar la patologización, la criminalización, la judicialización y la estigmatización de las identidades trans. Como señalaba Diana Sacayán –una de las mentoras de este proyecto-, en el diario Página/12:“Una ley de identidad de género no me va a cambiar la vida. Pero sí va a ser una bisagra para reclamar otros derechos de los cuales nosotrxs no gozamos.” Por eso, una de las preocupaciones fundamentales era que el mismo proyecto que plantea el registro identitario, incluyera también la atención en salud. Algo fundamental para una población cuyo promedio de vida no supera los 30 años, siendo las principales causas de muerte los asesinatos y las consecuencias de las cirugías y tratamientos clandestinos, como la aplicación de siliconas para uso industrial.

Expulsadas de sus familias, desde muy pequeñas; expulsadas de las instituciones educativas por la violencia de la que son víctimas; sometidas, en la calle, a la represión policial diariamente; incluso, a veces, expulsadas literalmente de sus pueblos y ciudades de origen para enviarlas “lo más lejos posible” como si se tratara de “manzanas podridas”; sin haber tenido derecho a la educación, ni al trabajo, sin atreverse a entrar a un hospital para hacer una consulta médica que las exponga al escarnio y la discriminación... éstos son algunos de los relatos de vida que se repiten en boca de las personas trans. Que tengan una expectativa de vida tan corta, sólo puede explicarse por esta discriminación, esta marginación y las humillaciones a que son sometidas, condenadas a prostituirse para sobrevivir –y expuestas a la violencia de ocasionales clientes, pero especialmente de las fuerzas represivas-, cuando los índices de desocupación de la comunidad trans llegan casi al 100%.

La hipocresía mata

Mientras se daba la media sanción a la ley, la ministra de Seguridad anunciaba el derecho del personal de las fuerzas de seguridad a vestir el uniforme según su identidad de género. ¡Cuánta hipocresía en el mismo seno de las instituciones que son las que reprimen, persiguen, extorsionan, encarcelan, violan y matan impunemente a las personas trans! Ahora, ellas y ellos podrán ingresar a la policía vistiendo el uniforme acorde a su identidad... ¿y qué harán, en las calles, cuando sus “compañeros” de armas, saquen a relucir la transfobia, la misoginia, la homofobia, la xenofobia y el racismo que asesina a personas trans, en situación de prostitución, a inmigrantes?

Por más “cursos de derechos humanos” que la ministra pretenda implementar en las fuerzas creadas para la defensa de la propiedad privada y la represión, ya sabemos cómo terminan las personas LGTB que pretenden “salir del clóset” entre sus filas. Fue este mismo año (¡no hace décadas!), cuando el prefecto Octavio Romero sufrió golpes en la cabeza y murió ahogado pocos días después de anunciar que se casaría con su pareja, un taxista.

El Estado adopta una hipócrita posición de “tolerancia”, pero el mercado dispone... Y los créditos para algunos microemprendimientos y cooperativas, la capacitación gratuita en oficios, la inclusión laboral de unas pocas personas trans en dependencias estatales, el escaso ofrecimiento laboral de algunas empresas privadas incentivadas por el INADI, no alcanzan para solucionar el problema de la desocupación y que, aproximadamente el 90% de las personas trans recurra a la prostitución para garantizar su sobrevivencia.

Ni la ley de matrimonio igualitario, ni la ley de identidad de género por sí mismas podrán acabar de raíz con la homofobia y la transfobia que se cobra la vida, plagada de injurias, de las personas trans.

Sabemos que la lucha por arrancarle derechos al Estado es ineludible y allí decimos “¡Presente!”, pero sabiendo que la integración que propone el Estado a quienes, hasta hace pocos días, mantenía sometidos a la más humillante marginación, no cambia de raíz la vida real de miles de personas trans. Diana también decía “Nuestro deseo ideológico y profundo no se va a concretar con esta ley: nuestro deseo es ser libres.” Mientras el Estado nos presenta el camino de la integración “tolerante” como el único posible, sabemos que para que el deseo de Diana sea realidad, debemos luchar por liberar la sexualidad de las ataduras de un sistema que reprime y margina e integra, mercantilizando y normativizando nuestros deseos. La lucha por acabar con las normas que imponen que nos amoldemos a lo que los demás esperan de nosotros, por acabar con la represión de deseos y placeres que desafían a la moralina burguesa, es una lucha que nos concierne a todas y todos los que anhelamos la liberación de la humanidad de las cadenas que hoy nos oprimen, manteniendo el yugo de la explotación.


El PTS y la lucha por la identidad de género

En mayo de este año, cuando el Frente Nacional por la Ley de Identidad presentó el proyecto en conferencia de prensa, nuestros compañeros Christian Castillo, candidato a vicepresidente por el Frente de Izquierda y Andrea D’Atri, candidata a diputada apoyaron esta iniciativa señalando que “El Partido de los Trabajadores Socialistas ha compartido esta lucha, desde hace muchos años, con numerosas organizaciones del movimiento LGTB. Desde nuestra perspectiva que lucha por una sociedad totalmente liberada de las cadenas de la explotación y de todas las formas de opresión, hemos compartido la pelea contra los códigos contravencionales, por el cese a la persecución policial y judicial a las personas trans y, el año pasado, hemos impulsado la movilización por la aprobación de la ley de matrimonio igualitario. Hoy, acompañamos y hacemos nuestra también la exigencia de la aprobación inmediata de la Ley de Identidad de Género que uds promueven. ¡LEY DE IDENTIDAD DE GÉNERO YA!”

Con muchas de las compañeras y compañeros que estaban presentes en esa conferencia de prensa, habíamos estado enfrentando la represión policial, codo a codo, en innumerables ocasiones. También apoyamos la participación de las compañeras trans en los Encuentros Nacionales de Mujeres, cuando algunos sectores les negaban este derecho. Nuestros locales estuvieron a disposición de las compañeras y compañeros del movimiento LGTB cuando necesitaron contar con espacio para sus reuniones. Y escrachamos juntos a la Iglesia oscurantista en numerosas ocasiones.

Cuando se presentó el proyecto de ley, en mayo de este año, dijimos que poníamos “esta tribuna electoral a disposición de la difusión de dicho proyecto, como siempre lo hemos hecho con las justas demandas democráticas como el matrimonio igualitario o el derecho al aborto libre y gratuito.” Y así lo hicimos, junto con la destacada campaña de nuestro compañero Julio Rovelli, militante LGTB, el único candidato cuyos afiches decían abiertamente: “¡Basta de discriminación! Derecho a la identidad de género YA. Separación de la Iglesia del Estado.” Lo mismo, señalamos en cada oportunidad que se nos presentó de divulgar nuestras ideas, nuestras propuestas y programa. Como todos los años, esta vez junto a más de 300 compañeras y compañeros de la Juventud del PTS, participamos en la marcha del Orgullo, donde también hicimos nuestra la consigna “Sin demora, identidad ¡AHORA!”

Debates sobre criminalización despenalización del aborto








Lunes 7 de noviembre de 2011

CONGRESO NACIONAL DE TRABAJO SOCIAL (TANDIL)
Debates sobre criminalización / despenalización del aborto

Por Andrea D’Atri
Transcribimos la intervención de Andrea D’Atri en la mesa sobre despenalización del aborto, durante el Congreso Nacional de Trabajo Social (Tandil). Dicha mesa tuvo que realizarse en un mini-estadio cubierto dada la enorme repercusión y el interés por el tema que se debatía, con la asistencia de más de 500 personas.

Durante la última década, el feminismo estableció una compleja red de alianzas con instituciones estatales y académicas, organizaciones no gubernamentales, partidos políticos y otros movimientos sociales que lo reconfiguraron como un movimiento diverso en el reclamo de derechos civiles, pero también en la disputa cultural de sentidos.

Después de su irrupción, durante la década del setenta, centrado en un discurso antipatriarcal fuertemente cuestionador del orden establecido –en diálogo y controversia con los movimientos anticapitalistas y la izquierda política-, el feminismo reemergió a mediados de los ochenta, vinculado a la agenda de los derechos humanos.

A diferencia del movimiento europeo o norteamericano, en la mayoría de los países de América Latina, el feminismo sufrió el corte histórico y generacional propiciado por el enfrentamiento entre revolución y contrarrevolución de América Central y las dictaduras militares genocidas del Cono Sur.

Estas experiencias históricas tiñeron la práctica feminista de los años posteriores, vinculada a los procesos de democratización y pacificación, reconvirtiendo su espíritu contestatario en esfuerzo de institucionalización. Las demandas propias de la agenda feminista se trasvasaron en el nuevo lenguaje continental de los derechos humanos, al tiempo que la nueva situación política permitió, a partir de 1981, los Encuentros Feministas de Latinoamérica y el Caribe.

Para los años noventa, la otrora delgada separación entre centros de trabajo y estudio, por un lado, y movimiento militante, por otro, se profundizó y dio lugar a la polarización entre las especialistas, que conformaron lo que dio en llamarse una tecnocracia de género y las activistas, fracción minoritaria que tomó la bandera de la autonomía como diferenciación específica al interior del movimiento.

Al mismo tiempo, la internacionalización del movimiento se profundizaba bajo los cánones impuestos por el sistema onusino de conferencias mundiales que, lentamente, fue reconfigurando el carácter de las ONG, convirtiéndolas en organizaciones profesionalizadas y despolitizadas, exigidas de atender las necesidades de mujeres de sectores populares, como mediadoras entre agencias de financiamiento, gobiernos y “beneficiarias”, en competencia con sus pares, lo que fragmentó aun más al movimiento.

Mientras los estados privatizaban los servicios públicos y los recursos nacionales, las ONG se iban transformando en “pequeñas empresas” cuyo capital radicaba en la experticia de sus planteles profesionales, para la atención de aquellas necesidades que el estado desatendía. El feminismo autónomo englobó a pequeños colectivos anarcofeministas, autonomistas propiamente dichas, socialistas, etc. que, en medio de la marea neoliberal, asumieron el riesgo de mantenerse al margen de la tendencia mayoritaria, al costo de construirse de un modo autorreferencial, centrado en la crítica cultural y, en cierto sentido, también vaciando el carácter político de las reivindicaciones en un ensimismamiento sectario.

Pero en la última década, signada en sus albores por la crisis del modelo neoliberal y las movilizaciones de masas en diversos puntos del continente, el feminismo se plantó en la escena latinoamericana con una joven generación que aportó nuevas fuerzas y también nuevas formas de activismo.

Los levantamientos en Ecuador y Bolivia, las jornadas de diciembre de 2001 en Argentina, la movilización popular que derrocó el intento de golpe de Estado en Venezuela en 2002, las movilizaciones en México de 2006 –como el plantón de un millón de personas contra el fraude político en el centro del Distrito Federal o la gesta de la Comuna de Oaxaca-, pusieron a las masas en el centro de una nueva escena política donde las mujeres tuvieron un papel destacado. Ese protagonismo de mujeres trabajadoras, desocupadas, de pueblos originarios, propició la reactivación de una cierta militancia feminista que recobró viejas banderas y las reactualizó, asumiéndolas junto a nuevas inquietudes y reclamos.

Tres aspectos nos resultan significativos de la experiencia feminista de la última década: a) la “repolitización” de esta nueva militancia feminista que surge al calor de la crisis que, primeramente en Argentina, signó los albores de la nueva década; b) las nuevas experiencias de solidaridad feminista internacional, originada en esfuerzos independientes de los encuentros o conferencias internacionales institucionalizados, que surgieron ante el golpe de Estado en Honduras (2009) y el terremoto en Haití (2010) y c) la persistencia de la lucha por el derecho al aborto en la agenda de las feministas de todo el continente y su relación controvertida con los nuevos gobiernos postneoliberales.

El reclamo por la despenalización del aborto es, quizás, el más persistente y extendido de la agenda feminista latinoamericana de la última década, ya que en la mayoría de los países de nuestro continente el aborto sigue siendo una práctica clandestina. La causa fundamental por la que esta demanda se sostiene a través de los años radica en que la práctica de abortos clandestinos sigue ocupando los primeros lugares entre las causas de mortalidad materna en el continente.

Sin embargo, a pesar de que la legalización del aborto es respaldada por diversos instrumentos legales internacionales sobre derechos humanos, derechos sexuales y reproductivos, tanto los gobiernos de distintos signos políticos, como la Iglesia Católica y otras instituciones siguen resistiendo al reclamo de millones de mujeres latinoamericanas. Lo distintivo de la última década fue que, con la eclosión del modelo neoliberal de los años noventa, el movimiento feminista no sólo profundizó la movilización y la lucha por este reclamo, conquistando fuertes simpatías y adhesiones, sino que prontamente depositó expectativas en los nuevos gobiernos postneoliberales, en la búsqueda de un consenso para avanzar en una agenda común, reduciendo la propia capacidad de movilización alcanzada en aras de privilegiar el cabildeo y las negociaciones “por arriba”.

Sin embargo, a pesar de las esperanzas depositadas en los nuevos regímenes y gobiernos, los cambios han sido mínimos, cuando no ha habido marcados retrocesos.

En gran parte del continente, las feministas de distintas tendencias y orígenes de lo más diversos han establecido coaliciones amplias, limando asperezas y sobreponiéndose a las diferencias políticas, para pelear por el derecho al aborto. En ocasiones, estas alianzas surgieron en el esfuerzo por diseñar estrategias que permitieran avanzar en la legalización del aborto; otras veces, fueron la resultante de verse obligadas a actuar defensivamente, frente a la avanzada de sectores reaccionarios y fundamentalistas que empujaron a establecer estas coaliciones de resistencia. En todos los casos, la última década estuvo signada por una visibilización nunca antes alcanzada de este derecho que aún le es negado a millones de mujeres latinoamericanas, gracias a la persistencia del movimiento feminista de la región.

¿Cuáles fueron los logros? ¿Cuáles son las perspectivas? Todavía es un debate abierto, pero algunos ejemplos de lo que sucedió –en esta última década- en algunos países del continente evidencia que el derecho al aborto es aún un tema de profundos debates en el que la Iglesia Católica –con fuerte raigambre en la región- y otros sectores fundamentalistas y conservadores no están dispuestos a ceder fácilmente, presionando a gobiernos y persiguiendo judicialmente a las mujeres afectadas y las feministas.

En El Salvador, después de muchos años de gobiernos del derechista ARENA, que había prohibido el aborto en 1998 –cuando derogó el artículo del Código Penal de 1973 que permitía el aborto terapéutico-, las mujeres esperaron un cambio con la llegada al poder del opositor FMLN. Sin embargo, estos cambios no se produjeron: la situación legal del aborto no fue modificada.

Recientemente, ante la iniciativa de la directora del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU) de revisar la legislación sobre aborto, el presidente Funes salió al cruce de las versiones periodísticas, aclarando que no había orden procedente del poder ejecutivo. “Yo no he dado ninguna orden, ni he dado ninguna instrucción, para que se proceda a revisar la legislación, en materia de aborto”, manifestó Mauricio Funes, al tiempo que desautorizó a la directora del ISDEMU por la firma de declaraciones en tal sentido, realizadas en el marco de una reunión internacional.

En Nicaragua, durante la campaña electoral por el que sería su segundo mandato después de tres derrotas electorales, Daniel Ortega, del FSLN, pactó con la derecha encabezada por el obispo Obando –vinculado a los sectores más reaccionarios de la sociedad nicaragüense- el apoyo de la Iglesia Católica a su candidatura a cambio de que su partido votara la penalización del aborto terapéutico, un derecho que existía en el país desde 1891. Y así se aprobó en el parlamento, en 2006, con la unanimidad conseguida por los votos del FSLN y la derecha, antes de las elecciones presidenciales en las que triunfó Ortega.

Durante la campaña electoral, el FSLN fue el único partido que publicó un comunicado sobre el tema, titulado “Sí a la vida, no al aborto” y, además, participó de una movilización contra el derecho al aborto convocada por la Iglesia Católica, apoyada por el entonces gobierno conservador de Bolaños. Una vez en la presidencia, Daniel Ortega se pronunció contra los movimientos feministas y quienes luchan por el derecho al aborto en su país, llegando incluso a la persecución y la amenaza con perder la personería jurídica a las ONG que defienden este derecho. Nueve mujeres reconocidas del movimiento feminista fueron acusadas de “apología del delito” ante la justicia nicaragüense por haber colaborado en la interrupción del embarazo de una niña abusada, en tiempos en que el aborto terapéutico era legal. Estas medidas provocaron la solidaridad y la movilización inmediata de las feministas en distintos países. Desde Honduras hasta Paraguay, cada visita oficial de Daniel Ortega fue respondida por agrupaciones feministas locales que rechazaron su presencia.

En Chile, el aborto es ilegal en todos los casos, desde que la dictadura de Pinochet derogó el aborto terapéutico y esto no ha sido modificado bajo el gobierno de Michelle Bachelet, la primera mujer en llegar al más alto cargo del poder ejecutivo.

En Uruguay, las activistas feministas se encontraron con una sorpresa dada por el primer presidente del Frente Amplio, que había asumido en un clima de gran alegría y expectativa. El parlamento uruguayo había aprobado, en 2008, un proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva que incluía la despenalización del aborto siempre que la mujer lo realizara antes de las doce semanas de gestación y, más allá de este plazo, también se permitía cuando el embarazo implicara riesgo de vida o de salud de la mujer o cuando se previera la malformación fetal incompatible con la vida extrauterina.

Esta medida, que había sido presentada ante las feministas del Cono Sur como un ejemplo a seguir, en la lucha por el derecho al aborto, pronto quedó sin efecto. Porque, para que se transformara en ley, definitivamente, necesitaba ser aprobada por el presidente, el médico Tabaré Vázquez, quien la vetó con el aval de la ministra de Salud, mientras la Iglesia Católica amenazaba con excomulgar a todos los funcionarios que la apoyaran.

En Brasil, las contradicciones entre las expectativas generadas por el gobierno del PT y su compromiso real con el derecho al aborto han sido similares.

Después de la visita oficial del Papa Ratzinger, en 2007, el gobierno de Lula Da Silva apoyó oficialmente una campaña coordinada por la Conferencia Episcopal que tenía como lema la defensa del derecho a la vida desde la concepción y finalmente, en 2008, firmó el acuerdo Brasil – Vaticano, que consolida la enseñanza religiosa en las escuelas públicas y fortalece las posiciones religiosas en contra del derecho al aborto, entre otras cuestiones.

En el contexto de las elecciones presidenciales de 2010, ante la presión de sectores fundamentalistas y derechistas, la candidata del PT y actual presidenta, Dilma Rousseff, se vio obligada a pronunciarse explícitamente en contra del derecho al aborto para no perder el voto de vastos sectores cristianos. En medio de la campaña, la candidata en la que se afirmaban las expectativas de las feministas brasileñas, prometió mantener la legislación sobre aborto y no innovar en otros aspectos que modificaran la legislación sobre la familia.

México ha sido, quizás, la única excepción durante este período. Después de muchos años de lucha del movimiento feminista, a principios de 2007, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal de México aprobó la reforma de las cláusulas del Código Penal que penalizaban el aborto. Esta reforma, propiciada por el partido de centroizquierda que gobierna el distrito (PRD), permite abortar hasta las doce semanas de gestación, ampliando la legislación preexistente que sólo autorizaba la interrupción del embarazo en caso de violación, de que hubiera malformaciones graves del feto o si la vida de la mujer corría peligro. A la propuesta del PRD se plegaron otros partidos, con la sola oposición del conservador PAN, el partido del presidente.

Sin embargo, esta batalla legislativa no se ganó sencillamente. La innovación legislativa fue recusada inmediatamente por sectores fundamentalistas y religiosos y fue, finalmente, la Corte Suprema de Justicia la que dictaminó su constitucionalidad.

Además, una vez aprobada la reforma y como reacción a esta decisión adoptada por el Distrito Federal, en numerosos estados mexicanos se endureció la legislación con respecto al aborto, con reformas promovidas por la Iglesia Católica en connivencia con el PAN y organizaciones antiabortistas. Esto llevó a que en algunas legislaciones se contemple, actualmente, al óvulo fertilizado como una persona legal, aumentando la criminalización de las mujeres.

En Argentina, en setiembre de 2003 se conmemoró el Día de Lucha por la Despenalización del Aborto con una movilización en la que participaron miles de mujeres. Pero ya empezaban a surgir diferencias políticas entre las activistas que impulsaban la lucha por el derecho al aborto: mientras un sector mayoritario proponía presionar al recientemente asumido gobierno de Néstor Kirchner, generando expectativas en un cambio promovido “desde arriba”, otro sector insistía en mantener la movilización independiente por la base. El entonces ministro de Salud adoptó un discurso progresivo con respecto a la despenalización que aumentó las expectativas del activismo, mientras la entonces senadora Cristina Kirchner prometía al Vaticano no innovar en esta materia.

Al año siguiente, se realizaba el Iº Encuentro Nacional sobre Estrategias por el Derecho al Aborto, que proponía conformar una coordinadora nacional, elaborar un proyecto de ley y propiciar la formación de un bloque de legisladoras por el derecho al aborto. Esta iniciativa culminó, un año más tarde, en el lanzamiento de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, que nucleó a diversos sectores, organizaciones de mujeres, feministas y activistas de distintos espacios. Esta campaña comenzó con un petitorio que reclamaba el derecho al aborto legal, seguro y gratuito y que consiguió la adhesión de miles de personas en todo el país. Este petitorio fue entregado al Congreso, un año más tarde, en una manifestación que reunió a más de cuatro mil mujeres en Buenos Aires. Para entonces, un bloque encabezado por la consigna “Bajo el gobierno de Kirchner las mujeres seguimos muriendo por aborto clandestino” reunió a las feministas autonomistas, diversas agrupaciones de feministas lesbianas, autonomistas y agrupaciones vinculadas a la izquierda partidaria que confrontaban con la dirección y el rumbo que había tomado la campaña.

Al año siguiente, la coalición que integra la campaña empieza a perder su capacidad de movilización. Lentamente, en los años posteriores, ganó reconocimiento público a través del lobby parlamentario y la prensa, pero las acciones y movilizaciones convocadas por la campaña quedaron reducidas a grupos minúsculos.

El gobierno de Cristina Kirchner, que sucedió al de su esposo, encierra la paradoja de que, más que nunca antes, el proyecto de ley presentado por la campaña en el Congreso de la Nación, ha recibido el apoyo de diputados y diputadas de casi todos los bloques para su futuro tratamiento, mientras la presidenta insiste en su negativa a que esta discusión prospere, lo que ha sido visto con agrado por la jerarquía eclesiástica.

El martes pasado, en la Comisión de Legislación Penal de la cámara de Diputados se inició el debate parlamentario sobre el derecho al aborto. Con la participación de 12 sobre 31 integrantes de la Comisión de Legislación Penal, se obtuvo dictamen favorable con exiguos 7 votos a favor, 1 en contra y 4 abstenciones. El dictamen, sin embargo, fue cuestionado al día siguiente por diputados que pedirán su impugnación por no cumplir con los requisitos que establece el reglamento. Pero si quedara en firme, el proyecto aún debe ser aprobado por mayoría en las comisiones de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, presidida actualmente por la duhaldista Claudia Rucci y la de Acción Social y Salud Pública, antes de ser girado a la cámara de Diputados en primera instancia –donde también debe ser aprobado por la mayoría- y luego, en segundo lugar, al Senado, con el mismo requerimiento. También habría que aclarar que, si en las cortas semanas que quedan hasta la asunción de los diputados recientemente electos, el proyecto no es girado a las otras comisiones, caducará la aprobación que obtuvo en Legislación Penal y deberá presentarse nuevamente, con el mismo procedimiento.

Como lo señaló el diario kirchnerista Tiempo Argentino, “El Frente para la Victoria brilló por su ausencia”. Sólo la ex – frepasista Diana Conti se acercó a dar su voto. Y fue clara cuando admitió que “el aborto es un debate que no está en la agenda de Poder Ejecutivo”. Cristina Kirchner había ordenado que no se diera quórum, ni se participara del debate. Afuera no se vio ni un solo banderín de La Cámpora, el Movimiento Evita ni otros sectores kirchneristas. Fue apenas una muestra de cómo actuará el kirchnerismo con quórum propio a partir del 10 de diciembre.

Como lo dijimos desde el primer día, luchamos por la aprobación inmediata y sin modificaciones del proyecto presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. No podemos conformarnos con ser siempre las mismas compañeras las que nos vemos en las movilizaciones y en los Encuentros Nacionales de Mujeres. Tenemos que aprovechar el creciente apoyo social que tiene la legalización del aborto para preparar una gran Marcha Nacional, organizada con los centros de estudiantes, las comisiones internas combativas y los sindicatos –especialmente aquellos donde las mujeres son la mayoría, como docentes, salud, alimentación-, las organizaciones sociales y políticas que firmaron el proyecto y todas las agrupaciones del movimiento de mujeres.

El único camino para conquistar el derecho al aborto libre, seguro y gratuito, como todos nuestros derechos, es el de la organización y la movilización de un poderoso movimiento de mujeres trabajadoras, estudiantes y amas de casa, independiente del Estado y sus instituciones, que despliegue su voluntad de lucha en los lugares de trabajo, estudio y en las calles, empezando por conquistar la aprobación del aborto legal.

Nuestra visión del feminismo latinoamericano de la última década no es aséptica. Fuimos parte de esta experiencia, de manera activa. Desde ese compromiso entendemos también la necesidad de ahondar en la reflexión sobre nuestras prácticas y nuestras perspectivas, con el propósito de no recaer en las estrategias que han conducido al feminismo a los callejones sin salida de la cooptación o la marginalidad. Contamos con esta última década de nuevas y fructíferas experiencias que han dejado lecciones, aportando creativamente nuevas formas de activismo, nuevas alianzas, nuevos horizontes.

La independencia del poder del Estado, pero no para recluirse ensimismadamente en la creación de una contracultura, sino para enfrentar, exigir y conquistar nuestros derechos sin compromisos; la solidaridad internacional y la construcción de movimientos amplios que incluyan a las mujeres trabajadoras y de los sectores populares como protagonistas y sujetos políticos de sus propias reivindicaciones y no como meras beneficiarias de las políticas diseñadas por las expertas son algunas conclusiones de la última década transcurrida, donde el feminismo –como movimiento de lucha- volvió a despertar de un largo letargo.

TUCUMAN: Marchamos por el derecho al aborto

Jueves 3 de noviembre de 2011

TUCUMAN

Marchamos por el derecho al aborto



Con canticos alusivos a la responsabilidad de Alperovich, más de 200 personas marchamos el martes pasado en Tucumán por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Desde Pan y Rosas y la Juventud del PTS y junto a varias organizaciones le hicimos frente a un gobierno que, mientras se opone a la legalización del aborto, paga la fianza a curas genocidas participes del golpe de estado para sacarlos de la cárcel, como al cura Mijalchik; se niega a implementar la educación sexual en las escuelas y a adherir a las leyes vigentes de salud sexual, y perpetúa la opresión de parte de la Iglesia imponiendo que en cada escuela se dicte una materia sobre religión.

Pan y Rosas y la Juventud del PTS marcharon en distintas ciudades el país por el derecho al aborto




La agrupación de mujeres Pan y Rosas y la Juventud del PTS marcharon en Neuquén, Córdoba y en la Ciudad de Buenos Aires se movilizaron al Congreso de la Nación, por el reclamo del derecho al aborto.

En Córdoba, la manifestación encabezada por la bandera de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, fue interrumpida por un vallado policial que impedía que la marcha se acercara al Arzobispado. Sin embargo, las compañeras de Pan y Rosas y la Juventud del PTS, con la legisladora electa Laura Vilches (PTS - Frente de Izquierda) atravesaron las vallas y posibilitaron que todas y todos los manifestantes pudieran expresar sus reclamos y denunciar a la reaccionaria jerarquía de la Iglesia.

En Buenos Aires, las vallas dividían a un escaso número de niños y adolescentes de colegios católicos acompañados por Cecilia Pando, jóvenes nazis del partido de Biondini y otros carapintadas, de una nutrida manifestación a favor del derecho al aborto de feministas de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto y agrupaciones de izquierda. Pan y Rosas y la Juventud del PTS formaron una delegación combativa que no cesó de corear consignas contra la derecha reaccionaria, el kirchnerismo (que fue el gran ausente del día) y por el derecho al aborto, siendo la imagen que hoy aparece en la tapa del diario Página/12.


2 de Noviembre de 2011

XXVIº ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES EN BARILOCHE Pocas mujeres, pocos debates


Jueves 13 de octubre de 2011

XXVIº ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES EN BARILOCHE

Pocas mujeres, pocos debates

Por Pan y Rosas - Neuquén



Aunque la Comisión Organizadora insista, cada año, en falsas cifras exorbitantes, los Encuentros Nacionales de Mujeres vienen perdiendo participación y masividad. En Bariloche, la distancia y los costos ayudaron para que fuera uno de los menos concurridos de los últimos años (ver Cuento Chino).

Pequeñas delegaciones –esencialmente de la Patagonia- participaron de este Encuentro donde prevalecieron los paseos, las compras y las actividades realizadas por fuera de los talleres donde se debate la agenda de las mujeres (ver Turifem). Ya desde el discurso de apertura se preanunciaba lo que sería un Encuentro donde las y los responsables de las muertes por abortos clandestinos, de la existencia de las redes de trata, de la persecución a las luchadoras, de la represión a las mujeres que luchan por tierra y vivienda, no tuvieron nombre ni apellido. Y a pesar de que uno de los motivos por los que se eligió Bariloche fue la brutal represión policial que acabó con la vida de tres jóvenes de los barrios más pobres de esta ciudad, no permitieron que subieran al escenario las mujeres que integran la Multisectorial contra la Represión.

Las mismas de siempre

Este Encuentro, más aún que los anteriores, se caracterizó por la poca participación de mujeres independientes. Las que viajamos, mayoritariamente, lo hicimos organizadas con nuestros sindicatos, agrupaciones estudiantiles, grupos feministas, partidos políticos, centros de estudiantes, cooperativas, ong’s, etc. Estuvieron las mujeres que lucieron los pañuelos verdes con los que se identifica la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto; algunas jóvenes, encolumnadas con los centros de estudiantes, la FUBA y otras agrupaciones populares; un grupo reducido de mujeres identificadas con el gobierno de Cristina (Movimiento Evita, Kolina, etc.), a las que seguían otras compañeras de distintas regionales de la CTA; compañeras identificadas con MST-Proyecto Sur y otros grupos de centroizquierda e izquierda.

Por primera vez, la Iglesia no concurrió con una gran fuerza organizada. Aunque hubo algunas discusiones vehementes con mujeres de la Curia en algunos talleres –especialmente en los que se debatía sobre el derecho al aborto o en el que se hablaba de lesbianismo-, lo más destacado fue el cordón que hicieron en las puertas de la Catedral, durante la marcha de cierre del Encuentro.

Nuestra participación

Doscientas compañeras de Pan y Rosas – Neuquén (acompañadas por una pequeña delegación de compañeras de otras ciudades del país), participamos junto a las mujeres del PO e IS en el Frente de Izquierda. En todos los talleres propusimos sacar un pronunciamiento por la aprobación inmediata del proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto y organizar una gran movilización para el 1º de noviembre, cuando empezará a tratarse en el Congreso (ver Mi primer Encuentro).

También, denunciamos las persecuciones a las luchadoras y luchadores, proponiendo una gran campaña por los desprocesamientos (ver Jornada por 10 años de gestión obrera en Zanon). Y junto a las compañeras del PO, invitamos a marchar el 20 de octubre, cuando se cumple un año del asesinato de Mariano Ferreyra.

¿Quién vacía los Encuentros?

Hace años que las compañeras de Pan y Rosas venimos planteando la necesidad de que los Encuentros Nacionales de Mujeres se transformen en una gran tribuna de lucha y organización de miles de mujeres, es decir, que además de encontrarnos a debatir, también podamos volver a nuestros lugares de trabajo, barrio y estudio con un plan de acción a seguir en la lucha por nuestros derechos.

Lamentablemente, el PCR (ahora en Proyecto Sur) repite una y otra vez la política de imponer sus ideas y posiciones de manera absolutamente antidemocrática. ¿Cómo se puede explicar que lo que decide una Comisión Organizadora de nunca más de 30 ó 40 mujeres –la mayoría del PCR- es más democrático que lo que podemos resolver, a mano alzada, miles de mujeres en decenas de talleres y comisiones, dejando expuesta a una pequeña minoría no “inocente”, sino organizada por la jerarquía eclesiástica, que insiste en su reaccionaria misoginia, contra nuestros derechos?

Pero esta política del falsamente denominado “consenso” por el cual, por ejemplo, vale lo mismo la opinión de una chupacirios pagada por la Iglesia para impedir nuestros debates, que la opinión de cuarenta mujeres que hicieron un esfuerzo considerable por viajar a los lugares más remotos del país a expresar su deseo de que se legalice el aborto, es claramente una política que sólo puede servirle a nuestros enemigos clericales, oscurantistas, fundamentalistas y reaccionarios de la Iglesia y los sectores políticos derechistas.

Y miles de mujeres de todo el país, vuelven a sus lugares de origen con el sabor amargo de haber perdido tres días intentando hacerse escuchar en medio de los gritos, las provocaciones e incluso las agresiones físicas de las minoritarias “patotas” organizadas por las sotanas.

¡Ningún compromiso con la Iglesia, ni el Estado o el gobierno de turno!

Esta vez, no fue la Iglesia la que impidió que se lograra votar un plan de lucha y movilización por el derecho al aborto. El “espíritu del consenso” y el impedimento abierto y descarado a que pudiéramos plantear nuestras opiniones sirvieron para no molestar al gobierno de Cristina Kirchner, en medio de la campaña electoral, que está en contra –como la mayoría de sus gobernadores, intendentes, funcionarios y diputados- de avanzar en la legalización del aborto.

Nadie quería levantar el avispero. Por eso, los debates fueron escasos, abstractos y todas coincidieron en querer acallar a la única fuerza consecuente con la lucha por el derecho al aborto: nosotras, la izquierda.

Las compañeras de Pan y Rosas planteamos, en cada lugar donde participamos, que era necesario abrir esta reflexión para evitar que los Encuentros se sigan vaciando de participación y debate. Es hora de sincerarnos y plantearnos una perspectiva que vuelva a nutrir a los Encuentros Nacionales de Mujeres de la única fuerza que es capaz de mantenerlos vivos por muchos años más: la de decenas de miles de mujeres trabajadoras, desocupadas, estudiantes, amas de casa, intelectuales, artistas, activistas que quieren reunirse para debatir, organizarse y fortalecer la lucha por nuestros derechos.

“Yo sabía que a la Iglesia la cuida la policía”

El Encuentro cerró con una movilización que recorrió las calles de Bariloche, en la que participaron alrededor de 3500 mujeres de las distintas agrupaciones sindicales, políticas, feministas, estudiantiles y algunas compañeras independientes, partiendo de El Alto y culminando en el Centro Cívico.

La delegación de Pan y Rosas-PTS participó en una columna unitaria –junto con PO, IS y compañeras de la Lista Marrón del Sindicato Ceramista de Neuquén-, encabezada por la bandera de Mujeres en el Frente de Izquierda.

Una vez que la marcha desembocó en el Centro Cívico, nuestra columna siguió varias cuadras más hasta la Catedral, donde convergimos con otras agrupaciones que también reclaman el derecho al aborto. Como en ocasiones anteriores, la Comisión Organizadora había preparado un recorrido que no cruzaba por la Catedral, intentando evitar que denunciáramos a la jerarquía eclesiástica, los sectores fundamentalistas y derechistas que se oponen a nuestros derechos.

En la puerta de la iglesia, un nutrido grupo de hombres católicos custodiados por un cordón de policías armados con cascos, chalecos y máscaras antigás fueron repudiados por las manifestantes al grito de “Yo sabía que a la Iglesia la cuida la policía”.

Una vez más “les hicimos el Encuentro”... pero, nos volvimos con el sabor amargo de ver cómo, esta herramienta que podría ser poderosa para la organización de un multitudinario movimiento de lucha de las mujeres de todo el país, agoniza bajo la regimentación de las corrientes que participan de su organización, las que eligen consensuar con la Iglesia y el gobierno, antes que desatar la fuerza imparable de miles de mujeres que ansían luchar por sus derechos.

Luchamos por justicia para Pepa Gaitán


Por Pan y Rosas Córdoba

El pasado lunes 8 de Agosto se dictó la condena a 14 años de prisión para Daniel Torres, el lesbofóbico asesino de Natalia "Pepa" Gaitán en Córdoba. El 23 de Agosto próximo se leerán los argumentos. Hasta ahora nada ha dicho la justicia patriarcal cordobesa sobre la LESBOFOBIA que este crimen brutalmente manifiesta (el fiscal hizo alusión solo a "discriminación de género" en los alegatos).

Desde Pan y Rosas y el PTS en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores nos hicimos presentes durante todo el juicio para exigir Justicia por Pepa!. Quien fuera fusilada el 6 de marzo del 2010 por el padrastro de su novia, tan solo por su elección sexual.

Como venimos denunciando desde LVO, este terrible crimen expresa brutalmente la discriminación que sufren lxs compañerxs de la comunidad LGTBI a diario, producto de que en este país y bajo este sistema capitalista -habiendo conquistado el matrimonio igualitario inclusive- si sos gay, lesbiana o trans, se te dificulta cien veces más conseguir trabajo (en el marco de que el 30% de los jóvenes sufre la desocupación, el 45% de los trabajadores están precarizados, etc), acceder a la salud o a la educación. Lla discriminación por la orientación sexual es moneda corriente, además de la persecución policial.

Pero esa discriminación no es casual, es consecuencia de los nefastos prejuicios y consideraciones que hacen instituciones reaccionarias, como la Iglesia Católica, que tienen influencia en nuestra sociedad, gracias al amparo y sostenimiento del Estado y el gobierno.

Por eso para nosotrxs es fundamental seguir luchando en Córdoba, para que en esta sentencia de condena al asesino de Nati quede claro que la motivación del crimen fue la LESBOFOBIA. Para avanzar en terminar con la discriminación por la orientación sexual de las personas, es necesario imponer además la separación de la Iglesia y del Estado ya!

Porque no tenemos ninguna confianza en esta justicia patriarcal, desde la banca legislativa que conquistamos con el Frente de Izquierda convocamos a todas las organizaciones a movilizarnos a la puerta de Tribunales II el próximo 23 de agosto en Córdoba para exigir esto y gritar bien fuerte:

NATALIA "PEPA" GAITÁN, PRESENTE!